La Mujer Inasible
Si no fuera por la esquivez, ese tu crimen, mujer,
unidos pensaríamos donde apurar en un lento amor las horas.
Por el Ganges y sus aguas rojas,
más vasto que un imperio crecería mi vegetal amor, y más despacio.
Un siglo en alabanza de tus ojos.
Cien años más en contemplar tu frente,
y el doble en adorar entrambos pechos.
Más treinta mil cada secreta parte.
Por revelar el pie, la ceja, el rizo un haz de siglos
y una edad entera para tu corazón, sol de tu cuerpo.
Por ti pródigo sería dilapidando siglos, eras, milenios.
Por que no hay en toda la dilatada historia
imperio, reino o república que valga uno solo de tus besos.
Pero eres inasible como el viento.
Amarte es una condena.
Escurridiza y etérea, imitas a los sueños.
Frente a mí despliega sus desiertos la vacua eternidad.
Veo irremediablemente esparcida tu belleza.
Mi voz vuelta fantasma de tu deshecho oído.
Polvo serás y ceniza mi deseo.
Andrew Marvell traducido por Octavio Paz
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